Escribir es hacer perpetuo lo efímero de un deseo, atrapando al viento, soltándolo para seguir.
Es mirarme y elegirme, para poder escucharme, entenderme y aceptar.
Saber emocionarme, conversarme y movilizar.
Escribir es llevarme de viaje, traerme de vuelta, pero a otra parte.
Desenredar historias que habitan en mí, para dejarlas ser, vivir y concluir.
Crear sueños imposibles, aunque posibles, si los puedo escribir.
Escribir es soltarme, volar alto, permitirme y permitir.
Trazar aventuras, jugar travesuras, volver a reír.
Es hacer música en papel, dejando la melodía en manos de quien decida leer.
Escribir es un espacio infinito, rodeado de nada, todo lleno de mí.
Como soltar globos al cielo, sabiendo que otros jugarán después.